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Un “país” llamado América del Sur

Eron Bezerra *
 
Traducción: Héctor R. Zamarripa
 

El año 2009 apenas termina, Se hace necesario hacer un balance de las cuestiones estratégicas que quedaron pendientes en la esfera personal, partidaria y de carácter nacional. Al mismo tempo precisamos enfocar 2010 como el espacio temporal en el cual nosotros procuraremos superar esos desafíos, entre los cuales el de construir un “país” llamado América del Sur.

No se trata de delirio y mucho menos de concepción expansionista. Apenas una constatación obvia de la imperiosa necesidad de la consolidación del MERCOSUR en cuanto a  bloque comercial y geopolítico, construido bajo una unidad tal que pueda actuar como si fuese, de hecho, un único gran “país” llamado América del Sur.

La verdad es que no hay nada de nuevo en esa pretensión del “sur”.

Los  “hermanos” del Norte ya crearon la NAFTA (Estados Unidos, Canadá y México) y se articulan en diferentes espacios  económicos bajo su absoluta hegemonía. Y casi nos  imponen el ALCA, lo que en la práctica representaría la anexión económica de todo el continente americano.

Los europeos superaron siglos de guerras y rivalidades para juntarse en el Mercado Común  Europeo. Actúan como un estado. Tienen moneda común, legislación apropiada, parlamento específico y comando rotativo. También son economías bastante asimétricas, lo que tal vez se constituya el principal desafío de la consolidación de un bloque geopolítico y no apenas de un amontonado de países bajo la  hegemonía de uno de sus miembros, como invariablemente ocurre en los bloques liderados por los EEUU.

El objetivo es mercado, recursos naturales, fuerza geopolítica y, deseable, búsqueda de identidades culturales dilaceradas con el tiempo.

La consolidación del MERCOSUR sigue esa  lógica. Y como queda evidente estamos bien más atrasados que los europeos, a pesar de sus divergencias seculares. No podemos atrasarnos más, bajo pena de ver las decisiones globales pasar a lo largo de nuestros intereses.


Es necesaria fuerza política y económica para ser oído, especialmente cuando se sabe que la economía del mundo hoy está concentrada en el “club de los billonarios”, no más que 13 países cuyo PIB individual es superior a la cifra de 1 billón de dólares. Ese selecto club está compuesto por EEUU, China, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido, Italia, Brasil, Canadá, India, España, Rusia y Australia, donde están concentrados 3,7 mil millones de personas y nada menos que algo como 45 billones de dólares de PIB.

Los 13 potenciales países miembros representan un mercado de 400 millones de personas, un  PIB por el orden de 3 billones de dólares, abundancia de recursos naturales estratégicos (agua, petróleo, gas, niobio, floresta, etc.) y  gran capacidad en la producción de alimentos. Sería la 3ª y 5ª, respectivamente, mayores en población y economía del planeta. Uno de los mayores del mundo, bajo cualquier aspecto.

Y si el MERCOSUR, hace negociaciones conjuntas con otros países emergentes, como China, India y Rusia, transformaría ese bloque en un contingente de más de 3 billones  de habitantes y en una economía superior a los 11,5 billones de dólares. Sería, por lo tanto, la 1ª población y la 2ª mayor economía del  planeta. Nada despreciable.

Si la importancia y la necesidad de esa unión parecen tan evidentes, resta el cuestionamiento del por qué hasta  hoy tal pretensión no se efectivó plenamente.

Las respuestas son múltiples.

Comienza, sin duda, con el antagonismo expresamente manifestado por los Estados Unidos, a quien no le interesa cualquier articulación política o económica fuera de su control.
Como la derecha siempre fue servil y cordata con los pleitos del imperialismo americano, era previsible que mientras gente como FHC estuviese en el comando de sus países, el  MERCOSUR enfrentaría dificultades para consolidarse.

Pero el saboteo no cesa con la derrota de la derecha en la mayoría de los países sudamericanos. Ellos todavía ocupan posiciones políticas y económicas relevantes y desde estas posiciones sabotean como pueden cualquier pretensión integracionista que no sea del agrado de sus amos norteamericanos.

El caso más evidente de esa conducta fue la campaña ostensiva contra la entrada de Venezuela al MERCOSUR comandada por los senadores del PSDB y PFL en el Senado de la República de Brasil.

Lo difícil es imaginar como la derecha saboteo todo el tiempo la consolidación de ese bloque y crea dificultades inclusive para el ingreso de Venezuela que es la 2ª economía de América del Sur, atrás apenas de Brasil.

 

* Ingeniero Agrónomo, Profesor de la UFAM, Diputado Estadual Licenciado, Secretario de Agricultura del Estado do Amazonas y  Miembro del CC del PCdoB.